¡Trabaja!

Seis días trabajarás, y harás toda tu obra. Éxodo 20:9

Fue un sacudón en mi cerebro. Jamás lo había imaginado. El cuarto mandamiento de la ley de Dios registrado en el capítulo 20 de Éxodo no tiene que ver solo con el reposo en el séptimo día sino también con el trabajo en los seis días restantes.

El trabajo fue establecido por Dios como un instrumento de felicidad. Infelizmente entró el pecado y deformó las cosas bellas de la creación. Al trabajo se añadió el elemento cansancio y fatiga. Lo transformó en un fardo. 

Pero el trabajo continúa siendo una bendición y Cuando Jesús llega a tu vida llega para transformarte en un hombre productivo. La mediocridad y el conformismo no combinan con el cristianismo. No puedes vivir esperando a las oportunidades. Necesitas buscarlas. Cada problema que encuentres en el camino debe transformarse en el desafío de buscar una solución. Cada desierto la posibilidad de un oasis.

No te quejes de la vida. Los únicos obstáculos de verdad son tus propios temores y preconceptos. Pero con Jesús, mira hacia arriba. Por encima de la intolerancia humana.

Lo difícil no es llegar a la cumbre, es jamás dejar de subir. ¡Sube! Mientras vives, sube. El día que pares de subir, dejarás de vivir. A partir de ese momento no valdrá más la pena continuar viviendo. 

Pero, por lo que más quieras, no midas la ascensión comparándote con los otros. Deja que los otros sigan su camino. Tú, sigue el tuyo, el que Dios preparó para ti desde cuando estabas en el vientre de tu madre. Levántate de mañana, acuéstate tarde, en fin suda la camiseta, no te quedes parado viendo la pelota correr en los pies de los otros. No te acomodes en la galería a contemplar el desfile de los vencedores. Sé tú uno de ellos.

Dios te dio talentos. Ejercítalos, cultívalos y trabájalos, consciente de que un día el Señor te preguntará qué hiciste con los talentos que recibiste de sus manos.

Hoy puede ser un día diferente. Será un día diferente. No porque te propusiste que así sea. Si lo intentas solo caerás en el terreno del humanismo. El humanismo te enseña a depender solo de ti y de tus fuerzas pero tú, corre a los brazos de Jesús y deja que Él te conduzca por los caminos del trabajo y te corone de gloria. No olvides:”Seis días trabajarás y harás toda tu obra.”

Alejandro Bullon