El secreto de la vida

Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo Jehová. Levítico 18:5

Álvaro anda perdido en la floresta de sus fracasos. Son varios. Muchos, para su corta existencia. Se da cuenta que la victoria está allí. Esa victoria, hasta ahora solo soñada, apenas deseada, pero inalcanzable, estaba allí. La tiene en la punta de los dedos y se pregunta ansioso: “¿Qué me falta?”

El texto de hoy es la respuesta. Álvaro no guarda las instrucciones divinas. Guardar, en el original hebreo es shamar, que literalmente significa, seguir, cumplir, obedecer. Este es el secreto de una vida victoriosa. Dios, no te creó y te dejó flotando en el universo para que solo, por tus propios medios, trates de ser realizado y victorioso, no. Al crearte, te dio el manual de instrucciones para una vida feliz. Ese manual es la Biblia. Y en el tiempo de Israel, Dios le dijo a su pueblo: Guardarás mis instrucciones y vivirás.

La enseñanza continúa valiendo para nuestros días. No hay manera de alcanzar el puerto soñado de la realización sin obedecer las pautas divinas.

La biblia no es una colección de prohibiciones, como algunos piensan. Tampoco es un libro antiguo que servía para gente de otros tiempos. Sus enseñanzas son actuales y se adaptan al ser humano de todas las generaciones. Es una carta de amor que Dios te dejó para mostrarte el camino que te lleva hacia una vida feliz.

Millones han tratado de ser felices con sus propios métodos, sin Dios y sin instrucciones. Han alcanzado fama, dinero y poder. Pero eso no es felicidad. Eso no realiza ni satisface. Solo en Jesús el ser humano se completa. Solo en Él, la nada se hace todo.

Y como si esto fuese poco. El versículo de hoy, termina con la firma del propio Dios. “Yo Jehová” dice para garantizar la solidez de su promesa.

¿Puedes dudar de una promesa debajo de la cual, Dios coloca en juego su propio nombre? Abre los ojos a las instrucciones divinas. Atesóralas en tu corazón, síguelas y con toda seguridad, vivirás. Porque Dios dijo: “Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo Jehová.”

Alejandro Bullon