¿Doctrina?
Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. 2 Juan 1:9
Amaba de una forma extraña. Sin amor. Lo que llamaba amor era hueco. Campana sin sonido. Melodía sin música. “Amo a Jesús, decía, pero no me gusta la doctrina.”
Lo miré y lo admiré. Joven brillante. Ojos vivaces y sonrisa auténtica. Yo también, en mi juventud, me sentí tentado a separar a Jesús de su doctrina. La vida, instrumento divino de enseñanza, me fue diciendo al oído con el tiempo: ¿Qué locura es esa? ¿Cómo intentas dividir a Jesús?
La palabra doctrina en el original griego es didaké. Significa enseñanza. La enseñanza divina es el camino. Sin camino estás perdido. Jesús dijo un día: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí.”
No existe separación entre Jesús y su doctrina. Él es la doctrina. Él es el camino hacia el Padre. Es por eso que la persona que se extravía de la doctrina, “no tiene a Dios.”
Extraviarse es perderse. En griego, parabaíno. Significa escoger su propio camino, apartarse, caminar al lado del camino correcto. Seguir los instintos del corazón loco que lleva a la autodestrucción.
El cristianismo moderno se ve tentado a pensar que amar a Jesús es simplemente un asunto de emoción. Basta cerrar los ojos, cantar y levantar las manos. Al terminar la emoción y el éxtasis, continúo mi propio rumbo. Como si Jesús no existiese.
El cristianismo auténtico no está desprovisto de emoción, pero es más. Es caminar en Jesús y vivir su doctrina. Vivir la doctrina es vivir en Jesús.
Me llevó tiempo explicarle. Pero teníamos una hora y media de viaje hasta llegar a nuestro destino. Tiempo suficiente para ver que la autenticidad de su sonrisa era el reflejo de un corazón sincero.
Tú eres lo más precioso que Jesús tiene en este mundo. Lo que más Él anhela es verte feliz. Por eso te muestra el camino. El camino es su doctrina.
No inicies este nuevo día sin proponerte andar en el camino que te llevará al puerto de tus sueños. “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.”