Contentamiento
Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento. 1 Timoteo 6:6
EL teléfono celular suena en el momento exacto en que empiezo a escribir este devocional. No puede haber peor hora. Es un amigo que llama para preguntar cómo está el clima por aquí. Estoy corriendo contra el tiempo para entregar los manuscritos a la editora. Necesito concentrarme, pero de vez en cuando, el celular distrae mi atención.
Al terminar la llamada, me pregunto: ¿Cómo viví sin celular y fui feliz? Nadie murió. Viví bien. Nada de lo que debía ser hecho dejó de ser hecho. ¿Por qué, entonces el celular hoy, es considerado una herramienta indispensable? ¿Acaso los ejecutivos que construyeron las grandes empresas del pasado tenían celulares?
No quiero disminuir la importancia de la tecnología. Mucha cosa llegó para facilitar la vida, pero ¿Siempre es así? ¿Cuál es el límite entre la necesidad y el consumismo?
Henry David Thoreau, filósofo y poeta americano del siglo XIX decía que la riqueza de una persona es directamente proporcional al número de cosas sin las cuales él puede vivir.
La cultura de consumo en la que vivimos nos hace sentir infelices porque no tenemos todo lo que la propaganda nos quiere vender. El ser humano de nuestros días no se satisface con nada, siempre quiere lo que se inventa de nuevo. “Muchos saben el precio de todo pero no saben el valor de nada.” Dijo alguien. El negocio de la propaganda es ofrecer y el nuestro, comprar. Y entonces llegamos a la conclusión de que ganamos poco. Y somos infelices.
Se cuenta la historia de un campesino que vio llegar a su nuevo vecino descargando los enseres domésticos más adelantados y sofisticados.
-Vecino, le dijo, si necesita de algo, avíseme, yo le enseñaré cómo se vive sin eso.
El versículo de hoy, habla de contentamiento. En el original griego la palabra es Autarkeia, que significa, ser feliz con lo que se tiene, disfrutar al máximo de lo que se posee.
El consejo de San pablo no es una apología de la mediocridad. Dios colocó en el ser humano la capacidad de soñar para mirar lejos, pero a medida que avanzas, sé feliz y agradecido a Dios por lo que tienes. Haciendo así, solo ganas porque “Gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento.”