Consecuencias
Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento. Sofonías 1:15
¿Cuándo fue la última vez que cantaste un himno sobre el futuro juicio del mundo? Creo que a nadie le gusta pensar en el día final, el día del acierto de cuentas. Pero el “Día del Señor” es un concepto bíblico que debemos llevar más a serio pues nos dice hacia dónde están yendo las cosas y cómo terminarán.
El evangelio significa buenas nuevas de salvación. A todos nos gusta escuchar esas buenas nuevas. Multitudes llenan estadios para deleitarse con las maravillas de la gracia de Dios. Pero el evangelio no tiene solo que ver con un estado de bienestar pasajero en este mundo, no es solo la tranquilidad de una consciencia que se sabe perdonada. Es también el fin definitivo del pecado.
¿Qué valor tendría se salvos para continuar viviendo en este planeta maldito por el pecado? ¿Cuáles serían las bendiciones de la salvación si tuviésemos que continuar enterrando a nuestros seres queridos tocados por la muerte? El evangelio es la buena nueva de que el pecado tendrá fin y de que el mal no se levantará por segunda vez.
Solo que el día del Señor vendrá acompañado no solo de la melodía de las trompetas de júbilo, sino también de la furia de una naturaleza descontrolada. Y ese día los seres humanos se dividirán en dos grupos: Los salvos y los perdidos. Los primeros levantarán las manos al cielo para recibir al Señor con quien vivieron en esta tierra una vida de compañerismo, solo por la fe.
Los segundos, correrán a los montes y a las cuevas para esconderse de la presencia de Dios, de quien siempre se escondieron. En aquel día glorioso y espantoso al mismo tiempo, no habrá un tercer grupo. Ese día no serán todos, los caminos que llevarán a Dios.
Hoy es el día de buena nueva. Hoy es el día de decisión. ¿Qué tipo de experiencia tienes con Jesús? ¿Es para ti solo una teoría, una doctrina bonita y nada más? ¿O es el amigo y Señor de todos los días, de cada hora y de cada minuto?
No empieces el día sin renovar tu voto de entrega a Jesús. Nada tienes que temer con relación al futuro si hoy aprendes a vivir en comunión permanente con Él. Aunque “día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento.”