¡Búscalo!

¡Búscalo!

Pero cuando en su tribulación se convirtieron a Jehová Dios de Israel, y le buscaron, él fue hallado de ellos.

2 Crónicas 15:4

La cerca de la posada en la que me hospedo, me cuenta muchas historias en su monotonía vertical. Me habla en silencio, de mariposas que desaparecieron en el abismo del otro lado de sus límites. Me dice la tragedia de ladroncillos que se quedaron con las carnes clavadas a las púas del alambre protector.

También me muestra rosas silvestres, que trepan sus estacas aquí y allá. En fin, aquella cerca vieja me habla de libertad y de esclavitud. De vida y de muerte.

El pueblo de Israel parece que ignoraba los límites de la cerca. Si no los ignoraba, peor aún. La consecuencia fue terrible. Ellos también, como las mariposas del hotel desaparecieron en el abismo del anonimato. Se hicieron polvo en la arena de la historia. Historia de dolor, dispersión y sufrimiento.

Ellos también sintieron sus carnes heridas por las púas de la desobediencia y se quedaron allí, gritando de dolor y suplicando auxilio.

Y el Salvador apareció. “Cuando en su tribulación se convirtieron a Jehová Dios de Israel y le buscaron, él fue hallado de ellos.” Dice el versículo de hoy.

¡Qué bueno es el Señor! Siempre está presente en la hora del dolor. Jamás se olvidad del hijo rebelde. Israel pensaba que la cerca protectora de los eternos principios divinos era muro esclavizador. La descartaron de su vida, fueron más allá de sus límites en busca de libertad y realización.

La vida tiene muchas cercas. Vives rodeado de ellas. Respetarlas es vivir. El resplandor del otro lado es espejismo, brillo seductor, aurora boreal engañadora. Conozco historias tristes de gente que saltó la cerca en busca de nuevas sensaciones. Como Israel hoy, claman de dolor, atrapados en las garras de su búsqueda insensata.

Hoy, puede ser un día especial para rever la cerca. No la mires como las reglas de un Dios arbitrario. Contémplalas como el marco protector de tu vida y parte para la lucha de esta nueva jornada, recordando que: “Cuando en su tribulación se convirtieron a Jehová Dios de Israel, y le buscaron, él fue hallado de ellos.”

No desesperes si las cosas parecen balancear. Dios está en el control. El hará que tu embarcación llegue al puerto seguro. El es Dios y nunca falla.

Por eso, antes de iniciar hoy, un día lleno de desafíos para restaurar lo que parece deshecho, recuerda que “Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano”.


Alejandro Bullon