Autoridad
Porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Mateo 7:29
¿Sabías que muchas personas fracasan como esposos y padres porque no saben liderar? Y liderar, no tiene que ver solo con técnicas, con estrategias, o con títulos. Conozco personas muy preparadas en estudios de liderazgo pero, infelizmente, son pésimos líderes. Todo el mundo sabe eso, menos ellas. La propia persona cree que es un gran líder porque todos hacen lo que ella quiere, pero no percibe que la gente la sigue por miedo.
El líder tiene poder. El poder del cargo. Pero el poder del cargo no es el poder del amor que solo poseen los que temen al Señor. Jesús es el mejor ejemplo de eso. La biblia dice que cuando Él hablaba lo hacía con autoridad y no como los escribas. ¿De dónde le venía la autoridad? ¿Qué tipo de autoridad era esa? Era la autoridad de la humildad, del amor, de la capacidad de entender. Un poder que conquistaba el corazón de las personas, y ellas dejaban todo para seguirlo hasta el fin.
Si yo como cristiano, busco todos los días a Jesús y aprendo de Él, con toda seguridad me tornaré un Hombre de Dios, humilde, y no necesitaré de un cargo para conquistar el corazón de las personas, llámense esas personas, esposa, hijos, o miembros de iglesia.
Me emociona pensar en el liderazgo de Jesús. ¿Qué había en Él que era capaz de hacer que los hombres que Él llamó dejasen sus carreras profesionales para volverse seguidores de un carpintero criticado y condenado por los hombres de influencia de sus tiempos?
Tú y yo, tenemos hoy la responsabilidad de aprender más de Jesús si deseamos ser discípulos o líderes. Autoridad, por simple autoridad, todo el mundo desea. Pero el privilegio más grande del ser humano es poseer la autoridad de Jesús, delante de la cual, hasta las fuerzas del mal temblaban.
Jesús es la fuente de esa autoridad. Él no vino al mundo solo para enseñarnos a ejercer autoridad sino para ensenarnos como se logra esa autoridad. Y lo hizo subiendo al monte a buscar a su Padre en oración. Eso no lo aprenderá en las más grandes escuelas de liderazgo ni de calidad total; eso, solo lo alcanzas de rodillas pasando mucho tiempo en oración.
Que este día sea en tu vida un día de victoria y autoridad, pero recuerda que Jesús: “les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.”