Volved
El guarda respondió: La mañana viene, y después la noche; preguntad si queréis, preguntad; volved, venid. (Isaías 21:12)
Todos sabemos que la mañana viene y después la noche. No hay novedad ninguna en esta declaración, a no ser por un simple detalle. Esta declaración es profética. En el contexto literal se refiere a la tribulación que se aproximaba del pueblo desobediente y a la recompensa y liberación final de los justos, en los días de Judá. La mañana para unos, y la noche para otros.
Pero como en la mayoría de las profecías hechas a Israel, el cumplimiento total, se proyecta al fin de la historia de este mundo, cuando la paja y el trigo serán colocados aparte, las ovejas y los cabritos, serán separados y las vírgenes prudentes y las insensatas cosecharán lo que sembraron.
¡La mañana viene! Queramos o no, aceptemos o no, estemos preparados, o no. la mañana gloriosa de la venida de Cristo se aproxima. Los índices de violencia de nuestros días lo anuncian, los cataclismos naturales de una tierra herida por el ser humano, lo grita a pulmón lleno; la incredulidad reinante del humanismo, lo proclama: la manan viene trayendo la gloria del Cristo victorioso para recompensar a sus fieles.
Pero después de la mañana viene la noche. También es inevitable. Llega trayendo en sus alas la destrucción de una raza rebelde. Angustia, dolor y desesperación. El justo resultado de obras injustas que hombres injustos realizaron.
Pero lo que quiero destacar del versículo de hoy es la tierna invitación: ¡Volved, venid! ¿Por qué volver? Porque un día te fuiste, te apoderaste de la vida que le pertenece a Dios y corriste como un niño que aprendió a andar, atrás de lo que llamabas libertad. ¿Por qué venir? Porque estoy lejos y debo acercarme al trono de la misericordia mientras hay tiempo. Esa decisión no la puedo dejar para mañana. No hay más tiempo que perder. La mañana está a las puertas. Y también la noche.
¿Dónde estás en este exacto momento? ¿Qué estás haciendo con tu vida? ¿A dónde te diriges? Este es un día para revisar tus caminos y devolverte a tu creador. No comiences las actividades de este día sin consagrarte al Señor porque: “El guarda respondió: La mañana viene, y después la noche; preguntad si queréis, preguntad; volved, venid.”