Tus vestiduras

Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas; porque son dignas. (Apocalipsis 3:4)

Las personas en Sardis eran dignas. Dignidad, perfección, rectitud, justicia. Cualidades deseadas, que al mismo tiempo asustan. ¿Quién se atrevería a decir que es digno? Mucho menos Charles.

No es que Charles sea malo o que sea un pecador contumaz, es simplemente un hijo de Dios que lucha todos los días para vivir conforme a las enseñanzas de la palabra de Dios. Charles es la imagen de muchas personas que van a la iglesia toda semana. Es un buen ciudadano, buen padre, buen amigo, buen empleado pero de ahí a decir que es digno, perfecto, recto y justo, hay mucha distancia. Por lo menos, eso piensa charles.

Su problema es que no sabe qué padrones usar para medir su dignidad, su justicia, su perfección y su rectitud. El se mide por aquello que le parece correcto, por lo que los otros dicen, por lo que hace, come, o viste.

El legalismo hace de la propia vida, el centro de la experiencia cristiana. Se concentra en la opinión de las personas, y no en Dios, ni en su amor. El legalismo despoja a la ley de la gracia, la deja, fría, seca y sin vida.

La definición de dignidad como aparece en el texto de hoy, no es merecimiento, no es la recompensa por el buen comportamiento. No soy digno por lo que hago o dejo de hacer, sino por lo que creo y acepto.

Las personas de Sardis eran dignas porque poseían vestiduras blancas. Esas vestiduras son el símbolo maravilloso de la justicia de Cristo. Esas personas no esgrimen su propia justicia sino que se esconden en la justicia de Cristo, se visten con las ropas del cordero y Dios las ve como si nunca hubieran pecado.

Hoy es un nuevo día, apodérate de la justicia de Cristo, no dirijas los ojos hacia tus propias consecuciones, ni confíes en lo que eres capaz de hacer. Si lo haces quedarás frustrado. Confía en el Señor Jesús. Por eso no salgas para enfrentas las luchas de este día sin arrodillarte y pedir que la gracia maravillosa de Cristo cubra tus pecados. Y recuerda las palabras de Jesús: “Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas; porque son dignas.”

Alejandro Bullon