Confianza
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Isaías 26:3
Los dos últimos años fueron muy difíciles para Jaime. Desempleado, con la autoestima por los suelos y el hogar al borde del colapso, no resistió a la tentación de encaminarse por las tenebrosas avenidas de la deshonestidad. Al principio todo iba bien. En pocos meses había logrado ganar lo que no pudo hacer honestamente en varios años. Con dinero en el bolsillo, aparentemente su vida volvió a la normalidad. Tuvo paz exterior. Pero pasaba noches enteras sin dormir, castigado por el peso de la culpa. Así mismo, creyó que valía la pena.
Repentinamente. Cuando pensaba que nadie lo descubriría, su delito se hizo de conocimiento público y además de la vergüenza y el escándalo, acabó en la prisión.
La paz que el profeta menciona en el texto de hoy, no es la paz del cuerpo, sino del alma. La paz que realmente vale. Aquella que organiza tu mundo interior y te prepara para los embates de la vida.
Pena que a veces el ser humano confunde las cosas. Busca la paz exterior a cualquier costo aunque para eso tenga que violar la propia consciencia. Después, en el silencio de su insomnio no se explica lo que sucede. Solo sabe que algo lo perturba por dentro, lo hace infeliz. Es como el martillo que golpea sin parar, incomodado, hiriendo, asfixiando.
El profeta Isaías habla hoy de la paz que nace de la confianza en alguien que nunca falla. Menciona la perseverancia como condición para recibir esa paz. Dice:”Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera.” Perseverar, en el original hebreo es camak, que literalmente significa “descansar la mente en algo.”
Yo sé que es difícil descansar cuando el mar a tu redor está agitado. Cuando no hay dinero para atender las necesidades de la familia, cuando la enfermedad toca la puerta o la muerte te merodea. Sin embargo, el consejo del Profeta no falla. En los momentos más difíciles, coloca la mente en Dios y descansa en Él, aunque aparentemente nada acontezca, aunque te parezca infantil.
No desistas. Lo primero que Dios hará en tu vida es colocar paz en tu corazón y después, curado de tus ansiedades, Él te usará a ti mismo como el instrumento poderoso para hacer maravillas.
Por eso hoy, aunque solo veas sombras a tu vuelta, parte para la lucha recordando que Dios “guardará en perfecta paz a los que en Él perseveran.”