Cada Mañana

Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Lamentaciones 3:23

Las manecillas del reloj indican 5 de la mañana. Rosario abre la ventana y respira hondo. La rutina de su vida va a empezar. Hace tiempo ha perdido la alegría de vivir. La vida se le antoja monótona, triste, sin sentido.

Hay momentos así. Todo parece estar de cabeza para abajo. Intentas, luchas, te arriesgas, pero tienes la impresión de estar nadando contra la corriente. Miras al cielo, ves un avión surcando los aires y piensas que las personas que están dentro de ese avión sí deben ser felices. A fin de cuentas están allí, viajando, paseando y disfrutando de la vida. Entonces, ¿Cuál es el problema contigo? ¿Por qué las cosas nunca funcionan? ¿Qué le sucede a Dios que les da mucho a unos, y nada a otros?

El texto de hoy habla de la misericordia divina. La misericordia es el amor elevado a la infinita potencia. Es la plenitud del amor. Jeremías, el autor del libro de Lamentaciones afirma que la misericordia de Dios se renueva cada mañana y que la fidelidad divina  a sus promesas es grande. La palabra grande, en el original hebreo es rab, que quiere decir, abundante, ilimitada.

¿Ilimitada? ¿Para quién? Porque para ti todo sigue igual. El sol sale como todos los días y tienes que levantarte aunque no estés con ganas de cumplir con tus responsabilidades. ¡Espera, espera! Antes de continuar, vamos a pensar en lo que acabas de pensar: “El sol sale como todos los días”. ¡Ah! El sol sale. ¿Y si no saliese? ¿Qué ocurriría con el planeta si el sol, un día, decidiese no salir? ¿Te has puesto a pensar en esa posibilidad? No, claro que no. ¿Sabes por qué? Porque es obvio que el sol va a salir. Pero lo que Jeremías está diciendo en el texto de hoy es justamente que a veces no te das cuenta de cómo el amor de Dios se manifiesta en un detalle tan insignificante y rutinario como la salida del sol.

Cada mañana cuando las sombras de la noche desaparecen, Dios te está diciendo: Hijo, la noche se fue, hoy es un nuevo día, deja de lamentarte, levanta la cabeza, mira el sol, hoy es una nueva oportunidad. Hoy, todo puede ser diferente si confías en mí.

Por eso hoy, antes de partir para las luchas del día recuérdate que las expresiones del amor de Dios, “nuevas son cada mañana y su fidelidad es para siempre”.

Alejandro Bullon