Amor eterno

Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Jeremías 31:3

¡Amor eterno! ¿Qué significa eterno? Que no acaba nunca, que no tiene principio ni fin, que siempre es el mismo. Pero hay muchos cristianos que creen que el amor, la gracia y la misericordia divinos son actitudes de Dios que aparecen solo en el Nuevo testamento y que el Dios del AT es un Dios de ira, de justicia y de venganza.

Si esto fuese verdad, Dios, no sería Dios. ¿Qué tipo de Dios es ese que cambia de personalidad? ¿Hizo tanto mal a los seres humanos en el AT, y después se arrepintió, y se volvió bueno en el nuevo testamento? 

Si hacemos un estudio detenido del AT veremos que la nota que más destaca es el amor de Dios. Desde el principio, cuando creó al ser humano por amor, pasando por la solución que presentó al problema del pecado, después que Adán y Eva cayeron; mostrando su paciencia con un pueblo contumaz y rebelde como el pueblo de Israel, el amor de Dios siempre estuvo presente.

Si un día el ser humano se pierde, no será porque Dios deje de amarlo sino porque el propio hijo llegue al punto de volverse insensible al amor divino. 

El otro día un joven me abordó con la siguiente pregunta: 

“Si Dios me ama, ¿significa que no debo preocuparme en vivir una vida justa porque el amor de Dios finalmente me salvará?” ¡Este puede ser un error catastrófico! El amor de Dios no acaba nunca pero tu corazón puede llegar al punto de que el amor de Dios no tenga ningún valor más para ti. Nadie se va a perder porque Dios dejó de amarlo. Pero el amor de Dios no salvará a quien jugó con su misericordia. Cuando finalmente el Señor Jesús aparezca en las nubes de los cielos, vendrá para destruir al pecado para siempre. Del mal, no restará ni raíz ni rama y los únicos seres humanos que serán destruidos con el pecado serán los que no quisieron abandonarlo y se agarraron del pecado hasta el fin.

Por eso la Biblia afirma constantemente que hoy, es el día de buena nueva y hoy, es el día de salvación. Haz de este día un día de decisiones sabias. Entrégale el corazón a Jesús, no juegues con su amor y sal para los desafíos de este día oyendo la voz de Dios que te dice: “Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.”

Alejandro Bullon