Amar a los hijos de Dios
Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios…En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues éste es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. 1 Juan 5:1-3
El verdadero cristianismo trabaja de dentro para fuera. Es un manantial de agua pura que transborda y lleva vida a los que se relacionan con nosotros. No es institucional, sino personal. No se limita a no hacer cosas malas, es indispensable hacer cosas buenas. Esa es la idea del versículo de hoy.
Nota bien lo que dice San Juan. El habla de “todo aquel que ha nacido de Dios,” que ha sido convertido y se ha vuelto justo porque se escondió en Cristo. ¿Cómo vive esa persona? Tiene dos características: guarda los mandamientos de Dios y ama a sus hermanos. No me voy a detener hoy en el aspecto de la obediencia. Voy a mencionar la importancia de vivir en armonía con los hermanos y de amarlos.
Es una pena que este aspecto de la vida cristiana no es resaltado como debería. Pensamos que somos el pueblo de Dios, pero no le damos la debida importancia a la unidad de la iglesia, basada en el amor a los hermanos. Al contrario, a veces, por enfatizar un aspecto de la vida cristiana, herimos sin piedad a las otras personas. No puede ser así. Si realmente nos hemos apoderado de la justicia de Cristo, es lógico que el fruto maravilloso del Espíritu, aparezca en la vida.
Cuando digo “las otras personas o los otros hermanos” debo comenzar por mi hogar, con mi esposa, mis hijos y las personas que viven a mi lado. De nada vale ser justo y comprensivo con los otros, si soy injusto e intransigente con los míos.
Todo día es un renacer, y si el sol volvió a aparecer es porque Dios te ofrece una nueva oportunidad. Haz de este día un día de amor hacia las personas, empezando por las que están más cerca de ti. Después piensa en aquella persona que te parece desagradable y llámala por teléfono para decirle que estás orando por ella. Orar por alguien es la mejor manera de llegar a amarla. Y no te olvides; “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios…En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues éste es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.”